jueves, 29 de noviembre de 2012

Ventana hacia el sendero IX


La construcción de las instituciones culturales


Las acciones culturales cuyos resultados sean tangibles en el crecimiento social y espritual de la población, merecen continuidad al paso del tiempo, pues iniciden finalmente en la formación de públicos y así alientan la creación y el consumo artístico. Por ello, resulta muy penoso que algunos proyectos sean afectados por decisiones estrictamente políticas.

Tal es el caso del Instituto Superior de Música del estado de Veracruz (ISMEV) que está celebrando diez años de su creación, y aunque sobrevive en la estructura de la Secretaría de Educación de Veracruz, lo hace en condiciones bastante lamentables, tanto de índole financiero como materiales. Sin embargo, su trabajo académico es de gran relevancia; se trata de un proyecto muy bien cimentado que ha permitido dar cabida a los muchachos que aspiran a estudiar Música en la Universidad Veracruzana y que son no son aceptados por dicha institución. Además de cubrir parte de tal demanda, evita que jóvenes talentos se sientan frustrados al no poder ingresar a la máxima casa de estudios de Veracruz y pueden dar cauce a su vocación. El ISMEV ha dado muestra de su buen camino. Hace todavía dos años, la Orquesta Sinfónica Juvenil se presentaba en foros de gran relevancia tanto en Veracruz como en el resto del país. Músicos tan afamados como Alberto Cortés y Natalia Lafourcade se hicieron acompañar por esta orquesta, dirigida por Antonio Tornero, en la grabación de sus discos.

Hoy, el ISMEV organiza conciertos con cierta regularidad. Recientemente los alumnos de piano de la maestra Nonna Nassidze ofrecieron un concierto durante el que interpretaron obras de gran complejidad; todos ellos demostraron su capacidad, lo que permite imaginar para todos ellos un futuro artístico promisorio. 

Ojalá que la Secretaría de Educación de Veracruz valore lo que tiene con el Instituto Superior de Música y le otorgue el apoyo que merece. Un asunto que habrá que analizar, a corto plazo, es la necesidad de que el sector cultura regrese a la Secretaría de Educación de Veracruz o bien aparezca como sector en la estructura gubernamental. 

martes, 20 de noviembre de 2012

Un sueño musical para 500 niños y jóvenes de México



Lourdes Hernández Quiñones

Los sueños son poblados por personajes e historias que se narran a la par de la invención onírica, ya sea a partir de un mundo ideal que se construye con utopías, deseos y metáforas de la vida, o bien a partir del ensamblado de experiencias ajenas que atrapamos en la conversación y de las que se apropia el inconsciente.

Sin embargo, hay otros sueños: aquellos que nos permiten vivir despiertos la posibilidad de un mundo de amplios horizontes, creatividad e imaginación; aquellos que se van hilvanando con colores múltiples, obsequiados por la posibilidad de reinventarnos a través de la experiencia creativa. Así, el arte y la cultura ofrecen la opción de resignificar la vida, oportunidad invaluable que han experimentado 500 niños, niñas y jóvenes mexicanos integrantes de la Banda Monumental del Programa Nacional de Núcleos Musicales promovido por el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

A partir de uno de los lenguajes artísticos más universales, la música,  500 niños y jóvenes de entre 6 y 22 años, provenientes de 15 estados del país, han encontrado posibilidades de un futuro más luminoso en el que las opciones de crecimiento y desarrollo personal se han magnificado al formar parte de uno de los proyectos culturales más relevantes del gobierno saliente. El programa de Núcleos Musicales forma parte del Proyecto Cultural del siglo XXI Mexicano establecido por CONACULTA, que pretende acercar la cultura a un mayor número de sectores en la sociedad, y tiene como uno de sus objetivos la creación de bandas y coros comunitarios en las 32 entidades del país, de los cuales, a partir del mes de octubre del año 2011, se pusieron en operación alrededor de 30.
Resulta importante tener presente la razón que dio origen al Programa Nacional de Núcleos Musicales, vinculada con los problemas de inseguridad y de la delincuencia organizada que han hecho de Ciudad Juárez, Chihuahua, un territorio que ofrece pocas oportunidades a sus habitantes, particularmente a los jóvenes, quienes se enfrentan a un panorama desolador para la construcción de su futuro y para el disfrute de su presente. Por ello, y con el propósito de cumplir con el programa Todos somos Juárez, reconstruyamos la ciudad, los tres niveles de gobierno, en coordinación con la población juarense,  establecieron 160 acciones concretas para disminuir la inseguridad y mejorar la calidad de vida, así como proporcionar oportunidades sociales y económicas a la población, impulsar la reconstrucción del tejido social y disminuir la prevalencia de conductas anti sociales en la ciudad. En ese marco se inscriben los Núcleos Musicales que ofrecen a los niños y jóvenes participantes la oportunidad de tocar un instrumento, experiencia que permite generar un espacio de convivencia social en el que se refuerza la autoestima y se adquiere un sentido de identidad y pertenencia.
Un acierto del programa ha sido la decisión de integrar bandas y no orquestas, a partir del reconocimiento del arraigo y la importancia que estas agrupaciones musicales tienen en las comunidades de nuestro país. Basta con citar la Banda de Tlayacapan, en el estado de Morelos, agrupación que tiene sus orígenes a mediados de 1870, considerada la banda más antigua del país; asimismo los estados de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Michoacán tienen amplia tradición musical con la presencia de sus bandas de viento.
El Programa de Núcleos Musicales está basado en uno similar de Venezuela llamado Sistema Nacional de las Orquestas y Coros Juevniles e Infantiles de Venezuela, que fuera creado por el maestro José Antonio Abreu Anselmi y que ha dado como resultado, entre otros, a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de ese país y ha servido como modelo para varias naciones en el mundo.

El reality documental Ópera Prima ¡La Banda!
Poder seguir parte del entramado con que se estructuró la Banda Monumental del Programa de Núcleos Musicales, escuchar a niños y jóvenes sobre sus experiencias; conocer a los maestros y a los responsables de este proyecto a través del documental que realizó el canal 22, fue una experiencia maravillosa, que permitió a los espectadores vivir de cerca el desarrollo de este proyecto musical.
A través del programa televisivo fue posible compartir diversas experiencias ocurridas tanto en los lugares de origen de algunos de los integrantes de la banda, durante la gira de conciertos del 3 al 9 de agosto en las ciudades de Acapulco, San Luis Potosí, Celaya, Querétaro, Texcoco y Pachuca; así como en el campamento en Oaxtepec, que durante tres semanas permitió a los integrantes de la orquesta dedicarse de tiempo completo al aprendizaje, interpretación y reflexión musical para el concierto final que tendría lugar el 4 de noviembre en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México,.  Los testimonios de los más pequeños y de los jóvenes coinciden en la alegría y satisfacción que sienten por formar parte de la banda. Hay detalles que por ser cotidianos, quizás pasan desapercibidos, pero son los que hablan de la trascendencia de las acciones culturales en las vidas personales de cada uno de los músicos. Así, uno de los más pequeños  celebró su cumpleaños durante el campamento y para que no se sintiera solo, un grupo de sus compañeros lo celebraron con un pastel y Las Mañanitas. Un maestro de trompeta confiesa que cuando era estudiante de dicho instrumento en su juventud, su padre le decía que tenía que escucharse al interpretar el instrumento, así descubrió que en la azotea de su casa, en Texcoco, al tocar en una dirección había eco, que le regresaba-felizmente-el sonido de sus interpretaciones. Al integrarse al proyecto de núcleos musicales en dicha población un día descubrió que sus alumnos también ensayaban al aire libre y conversaban con estrofas musicales a la distancia. Músicos de grupos indígenas como los huicholes del estado de Jalisco, también vivieron esta experiencia como la oportunidad de vivir la diversidad en condiciones de igualdad.
El concierto final resultó particularmente emotivo. La presencia de los quinientos integrantes de la banda, constituía en sí misma un prodigio; niños y jóvenes se comprometieron especialmente en la ejecución de los instrumentos cuando el propio Arturo Márquez  dirigió su Danzón número 2.
Los niños y jóvenes que participaron en la primera etapa del programa Núcleos Musicales y que posteriormente integrarían la Banda Monumental, ya no serán los mismos. La posibilidad de sentirse diferentes a partir del arte, seguramente ha dejado una huella particular en sus vidas. Hoy han cumplido algunos de sus sueños: aquellos que nos permiten vivir despiertos la posibilidad de un mundo de amplios horizontes, creatividad e imaginación; aquellos que nos permiten reinventarnos a través de la experiencia creativa.
Una acción que merecería ser considerada para reproducirla en muchos lugares de México, en muchas ciudades del mundo.