Lourdes Hernández Quiñones
Octubre
ha sido un mes difícil para la cultura en Veracruz. De nueva cuenta, el
Instituto Veracruzano de la Cultura ha quedado sin capitán que guíe la
embarcación. Desde febrero del año 2012 hasta mediados del mes de octubre del
2013, Alejandro Mariano fue su director. Se dice que por cuestiones de salud ha
tenido que abandonar el barco.
Lo
cierto es que preocupa la ausencia en la dirección. Si como dicen los rumorólogos,
la responsabilidad quedará en Rodolfo Mendoza, bien por la cultura. Rodolfo es
un hombre que sabe de estos asuntos. Sin embargo, el IVEC se encuentra en
condiciones tales que requiere no sólo de la inteligencia y sensibilidad de un
hombre-como sería Rodolfo-sino también del compromiso económico y moral de
Gobierno del Estado. De otra manera, el IVEC seguirá sin ver su suerte. Desde
la segunda mitad del sexenio anterior, en Veracruz la cultura no ha podido
levantar. En parte por su reubicación en la Secretaría de Turismo y Cultura,
sitio donde no encuentra su función central, aquella que tiene que ver con la
creatividad y la gestión cultural y no una económica, simple productora de
divisas.
El
IVEC requiere de una inyección de recursos financieros y materiales; de un
compromiso político que permita la revisión y replanteamiento de su
organización interna. El IVEC camina desde el año 2011 con una subdirección
menos-la de Animación y Promoción Cultural-y las áreas que integran a esta
institución no han recibido la atención necesaria. Ojalá y pronto podamos
conocer quién habrá de dirigir los rumbos del Instituto Veracruzano de la
Cultura y que sea una persona con visión cultural de mediano y largo plazo, con
espíritu de servicio público y comprometida con este sector para la
construcción de la democracia cultural.