martes, 28 de febrero de 2017

El Centenario de la Constitución Mexicana y los Derechos Culturales

Lourdes Hernández Quiñones
(Comentario editorial del lunes 27 de febrero de 2017 en el Programa Irradia de Radio Más, conducido por Manuel Vásquez e Ileana Quiroz)

¿Por qué reflexionar en torno al centenario de la Constitución Mexicana de 1917 y el Derecho a la Cultura? Son días de carnaval en los que el ánimo y la atención se distraen en la fiesta y la celebración. Sin embargo, termina el mes de febrero y no quisiera dejar pasar la ocasión para hacer referencia al centenario de nuestra constitución y su relación con la Cultura.
El Derecho a la Cultura incluido en el año 2009 cuando fuera reformado el artículo 4º constitucional surge tarde en nuestra carta magna, sobre todo si consideramos que el derecho a la educación especificado en el artículo 3º data de hace mucho tiempo y es, inclusive, anterior a la constitución de 1917. Gracias al mandato de brindar educación laica y gratuita a la población, nuestro país pudo empezar a construir una nueva nación en la que el derecho de leer y escribir no estuviera restringido para unos cuantos como había ocurrido durante varios siglos. El artículo 3º permitió que emergiera un nuevo rostro en el país y un mayor compromiso del Estado en relación con los servicios educativos.
            No fue así con la cultura. Apenas en 1999 la diputada y actriz María Rojo presentaría la iniciativa para incluir el Derecho a la Cultura en la Constitución Mexicana, pero no sería sino diez años después, en el año 2009, cuando sería aprobada la iniciativa que reformaría al artículo 4º quedando de la manera siguiente:
“Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así como el ejercicio de sus derechos culturales. El estado promoverá los medios para la difusión y desarrollo de la cultura, atendiendo a la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto a la libertad creativa. La ley establecerá los mecanismos para el acceso y participación a cualquier manifestación cultural”.
Me parece que en el caso de la cultura su incorporación como derecho en la Carta Magna en el año 2009 fue resultado de la presión de intelectuales e integrantes de la comunidad artística y cultural que tomaron como punto de partida la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948, que hace referencia a los derechos culturales en dos de sus artículos.
En el caso del derecho a una educación laica y gratuita, tal precepto permitió ampliar la oferta educativa en nuestro país una vez finalizada la revolución mexicana, a lo largo del siglo veinte. Es decir, el derecho constitucional dio lugar a la acción constitucional. No es así en el caso de la cultura, pues afortunadamente gozamos de los servicios y bienes culturales antes de que estos pudieran estar garantizados por la constitución, de tal manera que la acción lleva al derecho constitucional. Y aunque ello pareciera una afirmación sin sentido, algo así como qué fue primero el huevo o la gallina, considero que no hace sino reafirmar la gran relevancia de la cultura como una construcción simbólica que se vive cotidianamente y de manera natural, permitiéndonos transitar el siglo XXI en un contexto de diversidad, definiendo rutas y senderos culturales.
Faltan, desde luego, muchas consideraciones y condiciones para hacer realidad el párrafo 9º del artículo 4º de la Constitución Mexicana, pues el derecho se refiere principalmente a la posibilidad de disfrutar de los bienes y servicios culturales que presta el Estado y, lamentablemente, existen todavía muchas comunidades donde no se cuenta con los mismos. Por otro lado, aún no se cuenta con la Ley de Cultura que deberá señalar los preceptos para garantizar los derechos culturales establecidos en la constitución. A partir del inicio de este año, se constituyó un grupo de expertos que se encuentran trabajando en la iniciativa de Ley, pero todavía es asignatura pendiente.
Habrá que agregar que en Veracruz se cuenta desde el año 2010, con la Ley para el Desarrollo Cultural del Estado que no cuenta todavía con la Ley Reglamentaria por lo que no ha podido entrar en vigor. Ahora habrá que esperar a la Ley de Cultura federal. Y convocar a todas las musas y a los presupuestos correspondientes para que al sector cultural se le dé el trato que merece, desde la perspectiva de los derechos culturales.







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