Lourdes
Hernández Quiñones
En el tránsito de la segunda
década del siglo veintiuno y ante la presencia de los consorcios mediáticos en
todo el mundo, la necesidad de fortalecer lo local para llegar a lo global es
cada vez más urgente, principalmente en los países emergentes. Por ello, esta
necesidad de delinear Políticas Culturales que permitan fortalecer las
expresiones populares y originales, así como proponer diálogos entre los
pueblos a partir del arte; y la urgencia de que el sector aparezca en la agenda
pública, máxime cuando en México la Cultura quedó relegada al sector de
Servicios, como consecuencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Sin embargo, como señalamos
en la primera parte de esta serie de artículos, durante las campañas por la
presidencia de México, los candidatos no han puesto especial atención en el
tema. Andrés Manuel López Obrador de la alianza PRD, PT y
Movimiento Ciudadano, así como Josefina Vázquez Mota del PAN,
sostuvieron reuniones con algunos creadores e intelectuales durante las cuales
esbozaron algunos conceptos en torno a la cultura, mismos que incluyen en sus
respectivas páginas web. Por su
parte, Enrique Peña Nieto del PRI y PVE, así como Gabriel Quadri del PANAL, no
han tenido encuentros con artistas ni con intelectuales, pero en sus páginas
electrónicas incluyen algunas ideas.
Enrique Peña Nieto ha
descuidado el tema de forma especial, lo que no resulta extraño pues, como se
sabe, no es lector, lo que muestra su desinterés por la cultura. Sin embargo,
llama la atención que el pasado mes de noviembre del año 2011, y de acuerdo con
el reportaje de Judith Amador Tello de la revista Proceso, fechado el 1º de diciembre, del 17 al 19 de noviembre se
efectuó en Mérida el “Foro Mesoamericano de Cultura, Turismo e Identidad”, con
el propósito-según lo dicho por la reportera-de delinear las propuestas en la
materia con visos electorales. A dicho foro asistieron algunos intelectuales vinculados
en distintos momentos con el PRI, y exfuncionarios del sector cultural, como
Juan José Bremer, quien fuera Director del Instituto Nacional de Bellas Artes y
Subsecretario de Cultura, y el cual dictó una conferencia magistral. Hubo
propuestas en torno a las instituciones que deben guiar la cultura a nivel
federal, discusiones sobre la conveniencia de que la iniciativa privada pueda
intervenir en el uso y aprovechamiento
del patrimonio cultural, y planteamientos sobre los nexos entre cultura y turismo,
entre otros temas. Y estos asuntos no aparecen, por lo pronto, en la página del
candidato por el PRI a la presidencia.
Peña Nieto se refiere a
“Impulsar una “Prosperidad creativa” y
consolidarnos como potencia cultural iberoamericana. En este tema, que suena a
mera consigna política, hueca y discursiva, vale la pena detenerse en el
concepto de “prosperidad creativa”. Es decir, si el candidato pretende con lo
anterior, hablar de que en todos los rincones de México habrá escuelas de
iniciación artística que fomenten la cultura entre niños, jóvenes y adultos,
quizás el término esté bien empleado; pero si se refiere a dar mayor impulso a
la creatividad de los protagonistas de la cultura de nuestro país, habría que
señalar que lo que necesitan los artistas y artesanos son mayores oportunidades
para mostrar su trabajo fuera del país, pero que afortunadamente la creatividad
ya es próspera en México. Indudablemente, lo que ha hecho falta para
consolidarnos como potencia cultural no sólo en Iberoamérica sino en todo el
mundo, es el fortalecimiento de lo local para su proyección global.
El resto de las propuestas
del candidato del PRI van de lo que son meras obligaciones de las instancias
responsables de cultura a las simples propuestas de campaña. No se ve tras de
esta plataforma, ningún trabajo reflexivo que plantee un breve diagnóstico de
la situación cultural en México, ni las necesidades más apremiantes que se
tienen. Entonces, ¿dónde está lo planteado durante el “Foro Mesoamericano de
Cultura, Turismo e Identidad”?
De las páginas electrónicas
de los candidatos, la que incluye la información de manera más estructurada y
clara para el visitante, es la de la candidata por el PAN, Josefina Vázquez
Mota, ahí es evidente la presencia de alguna persona especialista en el tema de
la cultura. Uno de los puntos que establece como premisas se refiere a que
“Todo proyecto de Nación atraviesa por un proyecto cultural integral”. Resulta
interesante que esta misma premisa fue planteada por la presidenta del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, durante la Reunión
Nacional de Cultura 2012, realizada en el estado de Yucatán en el mes de marzo,
con la participación de los
representantes de las instancias culturales de todo el país. Por ello, en los conceptos que se manejan, se
tocan asuntos que tienen que ver con una evaluación y replanteamiento de
acciones implementadas por CONACULTA,
como es el “Impulso de una reingeniería institucional integral”, el “Impulso a
la creación de un Sistema de Seguridad Social para los Artistas y Creadores de
México”, asunto que quedó pendiente en la Cámara de Diputados saliente;
“Impulso de un Fondo de Estímulo a la difusión y distribución del cine
nacional”, entre otras acciones.
Es necesario decir que tal y
como se ha manifestado por distintos medios de comunicación, así como por las
redes sociales, muchos intelectuales y creadores de México simpatizan con
Andrés Manuel López Obrador, candidato a la presidencia por parte del PRD, PT y
Movimiento Ciudadano; sin embargo, en el comunicado de prensa que da cuenta de
la reunión que sostuvo el 14 de febrero
en el estado de Michoacán con la comunidad cultural, durante la que anunció que
la escritora Elena Poniatowska presidiría la Secretaría de Cultura, en caso de
resultar electo, esbozó algunos conceptos, todavía muy generales y poco
estructurados, de los cuales resultan relevantes “Poner la cultura al alcance
de los grupos étnicos y de los sectores marginados”, “Alentar la formación
artística en escuelas, barrios y centros de trabajo” y “Democratizar los medios
de comunicación”. Sin embargo, el resto de lo planteado en el comunicado, se
constriñe a asuntos propios de las funciones naturales de una institución de
cultura.
Gabriel Quadri, candidato
del PANAL, ve en la cultura-fundamentalmente- una oportunidad para mostrar a
nuestro país en el extranjero, de allí su reiteración para crear el
Instituto Mexicano Octavio Paz.
Preocupa, por lo que podría representar en cuanto a su costo e inversión, y por
la complejidad burocrática que representa, las propuestas
para crear el Sistema de Zonas Arqueológicas Prioritarias; e integrar a los
museos en la Red de Órganos Descentralizados o desconcentrados. Su planteamiento para
hacer del CONACULTA un órgano independiente de la Secretaría de Educación
Pública, no ha sido bien explicitada y tal parece que se enfila a la creación
de un Organismo Público Descentralizado que, de cualquier manera, deberá quedar
sectorizado en alguna dependencia del sector público.
Eduardo Nivón Bolán, en su
libro La Política Cultural. Temas,
problemas y oportunidades (1),
señala que “la política cultural es algo más que una responsabilidad de
gobierno, pues implica a todos los agentes de la sociedad” y que ésta, tiene un
“sentido proyectivo, de futuro, que implica tanto conflicto como adhesión a un
proyecto de transformación social” (p. 58). Lo señalado por Nivón cobra aún más
relevancia ante la complejidad del tejido social hoy en día, el aumento de la
pobreza extrema y, al mismo tiempo, la omnipresencia de los consorcios mediáticos
en los hogares, como poderes fácticos,
que influyen en las decisiones políticas de México. De allí que la
superficialidad con que se han tratado los asuntos culturales en las agendas
políticas de los candidatos a la presidencia merezca un señalamiento y una
crítica propositiva por parte de la comunidad cultural y de todos los
ciudadanos.
Es necesario tener presente
experiencias que en otros momentos han alentado la educación artística en
México, como fue el Programa de Actividades Culturales de Apoyo a la Educación
Primaria PACAEP, que sin mayor explicación
desapareció durante la presidencia de Vicente Fox. Lo cierto es que se trataba
de una propuesta innovadora que llevaba a maestros y alumnos a la acción a
partir de la reflexión y el trabajo con el arte. Múltiples acciones se
reproducen en el país, que dan testimonio de la relevancia de la acción
cultural para el desarrollo de los pueblos y de las naciones.
Valga retomar lo señalado
por Nivón (Op. Cit):
“La
relevancia de la política cultural se empobrece si se la reduce a la dimensión
administrativa y se la priva de su sentido utópico, de compromiso con un modelo
de sociedad compartido por los más diversos agentes sociales.”
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