miércoles, 13 de octubre de 2010

Voz invitada

(agradecemos a Sabino Cruz, gestor cultural, su autorización para reproducir este artículo de su autoría publicado en e diario AZ)


Claroscuro
Sabino Cruz V.

Nombres y más nombres
Con las ratificaciones o rectificaciones que están por venir tan pronto el maestro Fidel Herrera Beltrán cumpla con el mandato constitucional de administrar al estado de Veracruz, y el sustituto pase  a ocupar el cargo a partir del primer día de diciembre, empieza el juego de las apuestas, esperanzas o deseos por ser el “buenas” para ocupar la titularidad de una secretaría, dirección o comisión de la estructura administrativa del gobierno.
Como todo proceso de renovación, los hay quienes consideran que por haber estado cerca del candidato durante la campaña, por parentesco o simplemente por su contribución con algunos cuantos miles de pesos les corresponde el derecho de estar en la primera fila; los hay que por méritos académicos, apellido ilustre, estudios en el extranjero, presencia en los medios, etcétera, les asiste el derecho para servir a los veracruzanos; y también los hay quienes son recomendados por la dirigencia de un comité ejecutivo nacional, alguna organización federal, etcétera.
Según el puesto que se quiera ocupar, será el requisito para la asignación. Para eso, quiero creer, el Sistema Profesional de Carrera, será el área responsable –en aras de una mayor y mejor eficacia y eficiencia de la gestión pública− de establecer el perfil de contratación para cada una de las dependencias de gobierno: título de licenciado en derecho para la Secretaría de Gobierno; maestría y doctorado en economía para las Secretarías de Finanzas y la de Desarrollo Económico y Portuario; pos doctorado en medicina para la Secretaría de Salud; experto en seguridad nacional para la Secretaría de Seguridad del estado; arquitecto o ingeniero civil para la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y así por el estilo.
Para el caso de la cultura y del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) como su órgano rector, en un ejercicio plural y democrático se encartan nombres para ocupar la “silla”. Unos por su obra poética o literarias, grados académicos, dirección de festival y escuela de música, conducción de programa televisivo o administración de un centro cultural; otros porque simplemente se siente con derecho de ocupar un lugar no sólo en el escenario cultural y artístico sino en la nómina burocrática.
Méritos a los visibles o soterrados no les falta, ya que por sus obras y experiencia se saben con la capacidad necesaria para administrar la cultura del Estado; sin embargo, a estas alturas de la vida política y económica de la sociedad veracruzana no basta con ser hábil y experto en su profesión, se requiere poseer los otros saberes que construyen los pueblos para la mejor convivencia.
Creo que, así como se pide cómo mínimo el grado de licenciatura para ocupar una secretaría o dirección, todos los que se sientan con derecho a ser nombrados para la administración cultural de Veracruz no sólo deberán contar con grado académico sino que además deberán tener una sólida experiencia en Políticas y Gestión Cultural.
Como he señalo en reiteradas ocasiones, el abundante capital simbólico con que cuenta la entidad veracruzana, así como la gran variedad de creativos, requieren, además de acciones administrativas del diseño de una política pública de cultura incluyente, pluricultural y democrática, que satisfaga las necesidades de la población y promueva el desarrollo de sus representaciones simbólicas. (Teixeira 2000)
En cuanto hace a la gestión cultural, el responsable además de administrar  el poco o mucho presupuesto que se asigne a la dependencia, tiene que mediar entre los diferentes campos al interior del campo cultural (Bourdieu 1990), conocer las diversas disciplinas y especialidades que se desarrollan en los doscientos doce municipios; ser un facilitador entre el creador, los capitales y las circulación/consumo de los productos
El arte y la cultura de Veracruz, dada su tradición y profundo enraizaje requiere de un (a) buen (a) administrador (a), con una sólida experiencia en la política cultural, procuración de fondo y bagaje intangible. De ahí que, quién aspire a dirigir el arte y la cultura de Veracruz debe tener más que ganas, buenas intenciones y experiencia parlamentaria, organización de festivales de música, escritura de poemas y novelas.

Sabino Cruz V. cuenta con la Maestria en Historia del Patrimonio Cultural (Ibero-Puebla), así como la Especialidad en Politicas Cultural (UAM/OEI). Ha cursado los diplomados en Gestión Integral de Políticas e Indicadores Culturales (OEI/CONACULTA) y en Gestión Cultural y Arte (CONACULTA/UV/IVEC). Es Catedrático de la Facultad de Teatro-UV y Analista Cultural de los Diarios AZ y Milenio El Portal.

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